domingo, 8 de enero de 2012

NUESTRA CABAÑA LEÓN V

Quería hacer una casa por mis propios medios, así esta cabaña la construí con mano propia y ayuda de un peón albañil.
Por eso la exhibo orgulloso. Durante este verano después de varios años la alquilé por temporada, tuve tres inquilinos cada uno me rompió algo, por tanto no la alquilo en adelante. 
El nombre León V lo elegí en conmemoración del rey de Armenia al que se le otorgó el señorío de Madrid, Andujar y Guadalajara de España, y habilitó de tal forma a Madrid para que a su tiempo fuera la capital de España. 

Yo de 65 años y mi ayudante de 70 años, trabajábamos medio día, y comíamos un asadito de falda, típico de los obreros de la construcción, yo con vino y mi ayudante con gaseosa, porque ya se había tomado todo el vino de la vida siendo joven, para colocar las piedras muy pesadas del frente contraté un joven de 30 años de edad, cuando le dijimos que entre los dos teníamos 135 años quedó perplejo.

El entrepiso y la escalera la hice en soledad, de la madera que años antes había resguardado de la tala de pinos de mi hermano, esperé cinco años, aconsejado por expertos que ya se encontraba suficientemente seca, me puse a la obra, lo mas difícil es hacer la escalera, con la inclinación justa y la distribución de los escalones que deben tener siempre la misma altura, me encerré durante dos días y lo logré. 

La instalación eléctrica la hizo mi hijo Walt antes de viajar a Austria para hacer el doctorado en física y la de agua con mi ayudante, hoy con los caños de plástico es como un juego, los artefactos del baño un especialista, igual con los cerámicos del piso y revestimientos de cocina y baño. 

El trabajo intelectual necesita el complemento del trabajo manual, por eso desde siempre dedico media jornada para uno y la otra para el otro. 










































Entonces, hoy así